martes, 25 de julio de 2017

La mirada interna



He aquí los llamados “Principios” que pueden ayudar en la búsqueda de la unidad interior.




1.   Ir contra la evolución de las cosas es ir contra uno mismo.
2.   Cuando fuerzas algo hacia un fin produces lo contrario.
3.   No te opongas a una gran fuerza. Retrocede hasta que aquella se debilite, entonces avanza con resolución.
4.   Las cosas están bien cuando marchan en conjunto no aisladamente.
5.   Si para ti están bien el día y la noche, el verano y el invierno, has superado las contradicciones.
6.   Si persigues el placer te encadenas al sufrimiento. Pero, en tanto no perjudiques tu salud, goza sin inhibición cuando la oportunidad se presente.
7.   Si persigues un fin, te encadenas. Si todo lo que haces lo realizas como si fuera un fin en sí mismo, te liberas.
8.   Harás desaparecer tus conflictos cuando los entiendas en su última raíz no cuando quieras resolverlos.
9.   Cuando perjudicas a los demás quedas encadenado. Pero si no perjudicas a otros puedes hacer cuanto quieras con libertad.
10. Cuando tratas a los demás como quieres que te traten te liberas.
11.  No importa en qué bando te hayan puesto los acontecimientos, lo que importa es que comprendas que tú no has elegido ningún bando.
12. Los actos contradictorios o unitivos se acumulan en ti. Si repites tus actos de unidad interna ya nada podrá detenerte.






Silo (Mario Luis Rodriguez Cobos)










Alguien preguntó a Galileo

En cierta ocasión alguien pregunta a Galileo Galilei.
¿Cuántos años tiene?
Ocho o diez respondió Galileo en evidente contradicción con su barba blanca.
Todos se miraron como asombrados por la edad que había dicho que tenía. Pero él, al darse cuenta les explicó: 

Tengo en efecto queridos amigos los años que me quedan de vida, los vividos ya no los tengo como no se tiene las monedas que se han gastado.





En muchos países, hay personas que no saben qué edad tienen. Ni la saben ni necesitan saberla. Sólo les importa el momento presente.
¿Por qué le damos tanta importancia al tema de la edad?

Tengo, en efecto, los años que me quedan de vida.

lunes, 24 de julio de 2017

Carta de despedida



Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas. 

Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma.

Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más.

Si supiera que esta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente.

Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría "te quiero" y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.

Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría 
decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.

El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. 

Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas.

Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo. 

Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles "lo siento", "perdóname", "por favor", "gracias" y todas las palabras de amor que conoces.

Nadie te recordará por tus pensamientos secretos. 

Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos. Demuestra a tus amigos cuanto te importan.

La Marioneta



Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso pero, en definitiva pensaría todo lo que digo.



Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.

Dormiría poco y soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.

Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen, escucharía mientras los demás hablan, y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate...

Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando al descubierto no solamente mi cuerpo sino mi alma.

Dios mío, si yo tuviera un corazón...

Escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol. Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat sería la serenata que ofrecería a la luna.

Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos...

Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida...

No dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero. Convencería a cada mujer de que ella es mi favorita y viviría enamorado del amor.

A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.

A un niño le daría alas, pero dejaría que el solo aprendiese a volar. A los viejos, a mis viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez sino con el olvido.

Tantas cosas les he aprendido a ustedes los hombres...

He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.

He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su puño por vez primera el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre.

He aprendido que un hombre únicamente tiene derecho de mirar a otro hombre hacia abajo, cuando ha de ayudarlo a levantarse.

Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero finalmente de mucho no habrán de servir porque cuando me guarden dentro de esta maleta, infelizmente me estaré muriendo...

Johnny Welch

Somos el tiempo que nos queda


Eso somos: el tiempo que nos queda,
el último latido detenido,
la palabra no dicha,
el desierto cruzado,
y la senda sin nombre
que dejamos atrás.

Somos el abandono, la intemperie,
las luces apagadas,
y las puertas, cerradas para siempre,
tras un adiós forjado en la costumbre.

Pero somos el tiempo que nos queda,
la voz que no se apaga,
la azada que aún golpea, sin rendirse,
el poema no escrito,
la ópera inacabada de Puccini,
la derrota asumida, masticada,
y aquello que nos queda por vivir.





José Manuel Caballero Bonald

Tus hijos


Tus hijos no son tus hijos
Son hijos e hijas de la vida
deseosa de si misma.
No vienen de ti, sino a través de ti
y, aunque estén contigo
No te pertenecen.
Puedes darle tu amor
pero no tus pensamientos, pues
ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellos
viven en la casa del mañana.
Que no puedes visitar
ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos
semejantes a ti.
Porque la vida no retrocede,
ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual tus hijos,
como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación,
en tu mano de arquero
sea para la felicidad.



Kahlil Gibran

viernes, 21 de julio de 2017

Pandereta a Castilla



¡Beban otros las burbujas
de esa champaña extranjera!
¡Yo prefiero las agujas 
del vino de la Ribera!

Sin desdeñar lo extranjero 
en vino y arte prefiero 
lo netamente español... 
Me gusta la manzanilla 
las mujeres con mantilla, 
el rasguear de una guitarra 
bajo el toldo de una parra 
en una tarde de sol. 

Y en la austeridad severa 
de una estancia castellana 
sorprender una mañana 
toda el alma de Castilla 
dentro de una serranilla 
del Marqués de Santillana, 
o en la gracia soberana 
de una estrofa de Zorrilla...

¡Oh, Castilla, mi Castilla!
mi rancio suelo español, 
mis romances de Zorrilla, 
mi caña de manzanilla 
hecha con hebras de sol... 

Te aseguro que no envidio 
ni otras patrias ni otros cielos,
yo prefiero, como Ovidio 
el solar de mis abuelos. 

Cambio toda la elegancia 
de tus vestidos de Francia, 
todos tus ricos tesoros 
de tus plumas y tus pieles, 
por el ramo de claveles 
que te llevas a los toros...

Más que todos los sombreros,
más que todas las diademas 
que inventaron los joyeros, 
me gusta, la maravilla 
del marco de tu mantilla 
cuando te miro apoyada 
sobre una capa bordada 
tendida en tu barandilla 
de delantera de grada. 

Me gustas por tu arrogancia,
me gustas por tu constante 
desplante de chulería. 
Me gustas por cariñosa, 
me places por religiosa, 
me seduces por celosa 
y me encantas por bravía. 

Te quiero por tu alegría, 
por tu gracia macarena 
por tu mirada serena 
y tus labios de amapola. 

Te quiero por española 
y te adoro por morena, 
y te quiero porque eres 
la más hermosa mujer 
entre todas las mujeres.

Pedro Mata (1811-1877)

jueves, 20 de julio de 2017

Sevilla



Un angelillo hablador
de la legión que Dios guía
revoloteando un día
en torno del Hacedor
le preguntó de improviso
con infantil desparpajo:

Dime Señor: allí abajo,
ya no existe el Paraíso?

Cuando el hombre me ofendió,
dijo Dios con voz severa
para que mas no lo viera
mi mano lo destruyó.

Y el angelillo curioso
insistió con terquedad:

Pero Señor, ¨ es verdad
que era un vergel tan hermoso ?

Lo mejor que supe hacer
dijo el que todo lo llena.

Y el ángel dijo: ­ Que pena
que yo no lo pueda ver !

Házmelo tu contemplar,
­ Oh Dios generoso y fuerte !

Voy a ver por complacerte,
si lo puedo recordar.
Y diciendo esto él Señor,
tomó con su santa mano
la ancha planicie de un llano
de incomparable verdor.
Del agua por sus riberas
lo cercó de naranjales;
lo rodeó de palmeras
y lo sembró de rosales.
Puso como pobladores
de plantíos y enramadas
las mariposas doradas
y los pardos ruiseñores.
Para que libaran mieles
las abejas rumorosas
sembró en un bosque de rosas
almacigas de claveles.
Y en fin para concluir
a esta tierra roja y gualda,
la adorno con la Giralda
y el manso Guadalquivir.

Mirando al Supremo Juez,
dijo el ángel satisfecho:

De modo Señor, que has hecho
el paraíso otra vez.

Y Dios ­ Oh gran maravilla,
contestó al rapaz alado:
Solo el nombre le he cambiado
Ahora se llama ....... SEVILLA.

Puntos suspensivos

Lo peor del amor, cuando termina,
son las habitaciones ventiladas,
el solo de pijamas con sordina,
la adrenalina en camas separadas.

Lo malo del después son los despojos
que embalsaman los pájaros del sueño
, los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole ni dueño.

Lo más ingrato es encalar la casa,
remendar las virtudes veniales,

condenar a galeras los archivos.



Lo atroz de la pasión es cuando pasa,
cuando, al punto final de los finales,
no le siguen dos puntos suspensivos.

Joaquin Sabina

No son los muertos


No son los muertos los que en dulce calma

la paz disfrutan de su tumba fría,
muertos son los que tienen muerta el alma
y viven todavía.


No son los muertos, no los que reciben
rayos de luz en sus despojos yertos,
los que mueren con honra son los vivos,
los que viven sin honra son los muertos.


La vida no es la vida que vivimos,
la vida en el honor, es el recuerdo.
Por eso hay hombres que en el Mundo viven,
y hombres que viven en el Mundo muerto



Gustavo Adolfo Becquer

Agua pasada

Lo peor del amor cuando termina
Son las habitaciones ventiladas
El solo de pijamas con sordina
La adrenalina en camas separadas
Lo malo del después son los despojos
Que embalsaman los pájaros del sueño
Los móviles que insultan con los ojos
El sístole sin diástole ni dueño.
Lo atroz es no querer saber quién eres
Agua pasada, tierra quemada
Que de igual esperarte o que me esperes
Que no seas tú entre todas las mujeres
Que la cuenta está saldada.
Las canciones de amor que no quisiste
Andan rodando ya por las aceras
Las tocan las orquestas de los tristes
Pa que baile don nadie con cualquiera.
Las maletas que llegan sin tu ropa
Giran perdidas por los aeropuertos
La pasión cuando pasa es una copa
De sangre desangrada en el mar muerto.
Remendar las virtudes veniales
Condenar a galeras los archivos
Cuando al punto final de los finales
No le siguen dos puntos suspensivos.
Peor es no saber quién quién eres
Agua pasada, tierra quemada
Que de igual esperarte o que me esperes
Que no seas tú entre todas las mujeres
Que la cuenta está saldada.

Joaquin Sabina

martes, 18 de julio de 2017

Proverbio Árabe


No digas todo lo que sabes,
No hagas todo lo que puedes,
No creas todo lo que oyes,
No gastes todo lo que tienes;

Porque :

El que dice todo lo que sabe,
El que hace todo lo que puede,

El que cree todo lo que oye,
El que gasta todo lo que tiene;

Muchas veces :

Dice lo que no conviene,
Hace lo que no debe,
Juzga lo que no ve,
Gasta lo que no puede.

Para recobrar

Si para recobrar lo recobrado
Debí perder primero lo perdido
Si para conseguir lo conseguido
Tuve que soportar lo soportado


Si para estar ahora enamorado
Fue menester haber estado herido
Tengo por bien  sufrido lo sufrido
Tengo por bien llorado lo llorado.


Porque después de todo he comprobado
Que no se goza bien de lo gozado
Sino después de haberlo padecido


Porque después de todo he comprobado
que lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.



Francisco Luis Bernárdes

domingo, 16 de julio de 2017

Profecia

« Diez séntimos le di a un pobre
y me bendijo a mi mare
¡Qué limosna tan chiquita,
qué recompensa tan grande!»

Profecía

Me lo dijeron ayer
las lenguas de doble filo,
que te casaste hace un mes...
Y me quedé tan tranquilo.
Otro cualquiera, en mi caso,
se hubiera echado a llorar;
yo, cruzándome de brazos,
dije que me daba igual.
Nada de pegarme un tiro,
ni de enredarme a maldiciones,
ni de apedrear con suspiros
los vidrios de tus balcones.
¿Que te has casado? ¡Buena suerte!
Vive cien años contenta
y a la hora de la muerte
Dios no te lo tenga en cuenta.
Que si al pie de los altares
mi nombre se te borró,
por la gloria de mi madre
que no te guardo rencor.
Porque sin ser tu marido
ni tu novio, ni tu amante,
yo soy quien más te ha querido:
¡con eso tienes bastante!
-- ¿Qué tiene el niño, Malena?
Anda como trastornado;
le encuentro cara de pena
y el colorcillo quebrao.
Y ya no juega a la tropa,
ni tira piedras al río,
ni se destroza la ropa
subiéndose a coger nidos.
¿No te parece a ti extraño?
¿No es una cosa muy rara
que un chaval con doce años
lleve tan triste la cara?
Mira que soy perro viejo,
y estás demasiado tranquila.
¿Quieres que te dé un consejo?
Vigila, mujer, vigila...
Y fueron dos centinelas
los ojillos de mi madre.
-- Cuando sale de la escuela
se va pa los olivares.
-- ¿Y qué busca allí?
-- Una niña:
tendrá el mismo tiempo que él.
José Miguel no le riñas,
que está empezando a querer.
Mi padre encendió un pitillo,
se enteró bien de tu nombre,
y te compró unos zarcillos,
y a mí, un pantalón de hombre.
Yo no te dije "te adoro",
pero amarré a tu balcón
mi lazo de seda y oro
de primera comunión.
Y tú, fina y orgullosa,
me ofreciste en recompensa
dos cintas color de rosa
que engalanaban tus trenzas.
-- Voy a misa con mis primos.
-- Bueno; te veré en la ermita.
¡Y qué serios nos pusimos
al darnos agua bendita!
Mas, luego, en el campanario,
cuando rompimos a hablar:
dice mi tí Rosario
que la cigüeña es sagrá...
Y el colorín y la fuente,
y las flores, y el rocío,
y aquel torito valiente
que está bebiendo en el río.
Y el bronce de esta campana,
y el romero de los montes,
y aquella raya lejana
que le llaman horizonte.
¡Todo es sagrao! Tierra y cielo,
porque too lo hizo Dios.
-- ¿Qué te gusta más?
-- Tu pelo.
¡Qué bonito le salió!
Pues, y tu boca, y tus brazos,
y tus manos redonditas,
y tus pies, fingiendo el paso
de las palomas zuritas.
Con la blancura de un copo
de nieve te comparé.
Te revestí de piropos
de la cabeza a los pies.
A la vuelta te hice un ramo
de pitiminí precioso,
y luego nos retratamos
en el agüita del pozo.
Y hablando de estas pamplinas
que inventan las criaturas,
llegamos hasta la esquina
cogidos de la cintura.
Yo te pregunté:
-- ¿En qué piensas?
Tú dijiste:
-- En darte un beso.
Y yo sentí una vergüenza
que me caló hasta los huesos.
De noche, muertos de luna,
nos vimos en la ventana.
-- Mi hermanito está en la cuna;
le estoy cantando la nana.
"Quítate de la esquina,
chiquito loco,
que mi padre no te quiere
ni yo tampoco".
Y mientras que tú cantabas,
yo inocente, me pensé
que la nana nos casaba
como a marido y mujer.
¡Pamplinas, figuraciones
que se inventan los chavales!
Después la vida se impone:
tanto tienes, tanto vales...
Por eso yo, al enterarme
que estabas un mes casá,
no dije que iba a matarme
sino... ¡que me daba igual!
Mas, como es rico tu dueño,
te brindo esta profecía;
tú, cada noche, entre sueños,
soñarás que me querías,
y recordarás la tarde
que tu boca me besó
y te llamarás ¡cobarde!
como te lo llamo yo.
Y verás, sueña, que sueña,
que me morí siendo chico
y se llevó una cigüeña
mi corazón en el pico...
Pensarás: No es cierto nada;
yo sé que lo estoy soñando.
Pero allá a la madrugada
te despertarás llorando
por el que no es tu marío
ni tu novio, ni tu amante,
sino... ¡el que más te ha querío!
¡Con eso tienes bastante!


Rafael de León