viernes, 21 de julio de 2017

Pandereta a Castilla



¡Beban otros las burbujas
de esa champaña extranjera!
¡Yo prefiero las agujas 
del vino de la Ribera!

Sin desdeñar lo extranjero 
en vino y arte prefiero 
lo netamente español... 
Me gusta la manzanilla 
las mujeres con mantilla, 
el rasguear de una guitarra 
bajo el toldo de una parra 
en una tarde de sol. 

Y en la austeridad severa 
de una estancia castellana 
sorprender una mañana 
toda el alma de Castilla 
dentro de una serranilla 
del Marqués de Santillana, 
o en la gracia soberana 
de una estrofa de Zorrilla...

¡Oh, Castilla, mi Castilla!
mi rancio suelo español, 
mis romances de Zorrilla, 
mi caña de manzanilla 
hecha con hebras de sol... 

Te aseguro que no envidio 
ni otras patrias ni otros cielos,
yo prefiero, como Ovidio 
el solar de mis abuelos. 

Cambio toda la elegancia 
de tus vestidos de Francia, 
todos tus ricos tesoros 
de tus plumas y tus pieles, 
por el ramo de claveles 
que te llevas a los toros...

Más que todos los sombreros,
más que todas las diademas 
que inventaron los joyeros, 
me gusta, la maravilla 
del marco de tu mantilla 
cuando te miro apoyada 
sobre una capa bordada 
tendida en tu barandilla 
de delantera de grada. 

Me gustas por tu arrogancia,
me gustas por tu constante 
desplante de chulería. 
Me gustas por cariñosa, 
me places por religiosa, 
me seduces por celosa 
y me encantas por bravía. 

Te quiero por tu alegría, 
por tu gracia macarena 
por tu mirada serena 
y tus labios de amapola. 

Te quiero por española 
y te adoro por morena, 
y te quiero porque eres 
la más hermosa mujer 
entre todas las mujeres.

Pedro Mata (1811-1877)

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